Pilar Pérez Esteve es profesora, orientadora y autora de materiales didácticos. Sus propuestas junto a Felipe Zayas están aplicadas en el proyecto SAVIA de Lengua SM tanto para Primaria como para ESO.

Vivimos rodeados de textos. Leemos para aprender sobre las momias o sobre el animal más pequeño del mundo. Leemos para informarnos sobre ese lugar al que queremos viajar, para buscar en una web la película que quiero ver, para saber si me va a gustar ese libro que tengo en mis manos, para descifrar la nota que mi madre ha dejado en la nevera, para montar un aparato…

Leemos para disfrutar con un poema, con un relato. Leemos todo el tiempo y en diferentes soportes. Pero, ¿comprendemos lo que leemos? Y, sobre todo: ¿Cómo podemos ayudar a los niños a comprender mejor?

1. Ten altas expectativas con todos tus alumnos

Empieza siempre planteándote cómo vas a lograr que todos tus alumnos se sientan competentes. Presta mucha atención a que cada uno tenga su espacio y avance tanto como pueda con tu ayuda y con la del grupo. Si no lo has previsto desde el principio, los ajustes a posteriori provocarán la desmotivación de quienes necesitan más apoyo.

2. Plantea la lectura con un propósito

Haz siempre explícitos los propósitos de lectura. ¿Vamos a leer para aprender sobre los perros guía? ¿Sobre las pirámides? ¿Sobre un país? ¿Una científica? ¿Vamos a leer para preparar una visita a una exposición o a un entorno protegido? ¿Para construir un terrario o hacer un experimento? ¿O queremos leer para pasar un rato agradable con un relato?

Leemos siempre con un propósito y los propósitos pueden ser múltiples. Colabora con tus alumnos para identificar los suyos, los vuestros.

3. Enseña a ‘mirar’ los textos

Ayuda a los niños a reconocer la clase de texto, de qué trata, cuál es su estructura, cómo se relacionan sus partes, por qué se han utilizado determinadas imágenes o tipografías, etcétera.

Amplía su vocabulario, recuerda que su mundo será tan rico como lo sean sus palabras. Y recuerda hacer preguntas para buscar información que sean relevante para entender el texto.  

4. Llena tu aula de textos

Para que les guste leer es preciso que estén rodeados de textos, y que mostremos la relevancia de su uso. Es necesario leer en clase y que les leamos en voz alta. Necesitan modelos de buenos lectores, y nosotros somos insustituibles. Llena la clase de relatos, de poemas. Y también de otros tipos de textos: reseñas, planos, listados, folletos, infografías, carteles, noticias, reportajes, entrevistas. Haz que la lectura forme parte de su vida.

5. Ayúdales a hablar de sus lecturas

Desde muy temprana edad es esencial ayudar a los niños a verbalizar lo aprendido. Esa verbalización de lo que de lo que ahora saben, como del proceso que han seguido para conseguirlo, es fundamental para aprender a aprender. Es una estrategia metacognitiva esencial en la construcción del pensamiento, en la personalización del aprendizaje.

Ayudar a los niños a comprender, y a poner palabras a su pensamiento, es ayudarlos a crecer.